martes, 7 de abril de 2015

Cuando se pone el sol.

Tal vez nunca lo hayáis notado, pero cada atardecer es único e irrepetible. No hay dos iguales. Te puedes pasar la vida mirando al sol ponerse, que nunca podrás decir que este fue igual que el anterior.
Como he pasado la Semana Santa en Madrid, para mí era indiscutible ir un día al Templo de Debod a capturar el atardecer para que vosotros lo pudierais disfrutar tanto como yo lo hice.





 Este es el Templo, un sitio increíble con el que se puede jugar mucho (para los aficionados a la fotografía como yo) entre luces, contrastes y reflejos.



  

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